Convivencias Pastorales en ESO
Todos los cursos de ESO han celebrado sus convivencias pastorales.Un espacio para trabajar la formación humana, espiritualidad y relación con Dios.
«Queremos proponer un espacio que permita a nuestros alumnos parar en medio del curso y abrir los ojos al mundo desde la perspectiva del Evangelio», afirma Roberto Otero sj, coordinador de Pastoral del colegio. Por estos motivos, las convivencias pastorales parten de dos ideas que convergen en una: ser consciente de la realidad que nos rodea y actuar con consciencia a partir de la figura de Jesús.
Actividades enfocadas a cada edad
El enfoque de las convivencias pastorales se adapta a la realidad de cada curso. De esta manera, 1º de ESO se ha centrado en la infancia de Jesús, en el momento en que se perdió en el templo. Este ejemplo tan gráfico ha servido para que el alumnado disponga de momentos para reflexionar sobre sus fortalezas y debilidades o para profundizar en su experiencia espiritual.
Las convivencias pastorales de 2º de ESO han tenido un importante componente práctico. A través de teatrillos, el alumnado ha reflexionado sobre cómo actuaría Jesús en situaciones complicadas del día a día. Por su parte, 3º de ESO ha abierto sus ojos al mundo, analizando conflictos actuales, debatiendo sobre ellos y reflexionado sobre la manera de hacer de Jesús.

Elena Gordo charla con el alumnado de 4º de ESO.
4º de ESO ha trabajado la empatía y la compasión. A través de diferentes lecturas y vídeos han tratado de ponerse en el lugar del otro y conocerse mejor. También han charlado con Elena Gordo, enfermera y delegada de Familia de la Archidiócesis de Valladolid, sobre el coronavirus y actitudes de responsabilidad individual para proteger al resto.
Unas convivencias necesarias para vivir momentos de fe abierta
Como cierre, todos los cursos han participado en un momento de oración y conversación con Dios para darle las gracias y recoger lo vivido. Un broche para unas convivencias pastorales diferentes, en las que cada clase ha permanecido en su aula y sin salir del centro «pero que son necesarias para vivir un momento de fe abierta», afirma Otero.